Ojo que mira: ROCHE CON NOSOTROS

Rodaje de El Cine soy yo.

Luis Armando Roche, maestro del cine venezolano, se despidió de nosotros el pasado 1° de octubre. Una partida muy sentida por la comunidad cinematográfica por su obra y por su cercanía, amabilidad y disposición para conversar sobre tantos temas vinculados al cine y la cultura en general.

Tuvo siempre la visión de que la obra debe perdurar. De allí su preocupación por cuidar, preservar y digitalizar sus películas para colocarlas al alcance de todos. Esto, aunque parezca mentira no es una característica muy común entre los directores de cine en el mundo.

Roche era un visionario. Quizá por ello es uno de los nombres asociados a la creación de la Cinemateca Nacional en 1966 junto a Margot Benacerraf. Preocupado por el patrimonio siempre, pero un entusiasta de las nuevas tecnologías.

Lo contamos entre los primeros venezolanos que asumió el digital con Yotama se va volando, rodada en Dvcam y transferida a 35 mm para su exhibición en salas, estrenada en 2003 en la Sala MBA de la Cinemateca; la Sala que fue y será su casa para siempre, donde continúa con nosotros a través de su creación cinematográfica, intelectual e institucional.

Allí se le dedicó un ciclo dos semanas atrás, donde revisitamos Mérida no es un pueblo, El Indio Figueredo, Virtuosos, Aire Libre y El Cine soy yo, este último un clásico indiscutible del cine hecho en esta tierra.

Ese ciclo de homenajes a Roche se coronó el 27 de octubre, Día Mundial del Patrimonio Audiovisual con la proyección de Bach en Zaraza (2001), y contó con presencia y palabras de su esposa Fafá Roche; un íntimo y sentido encuentro convocado por la ANAC, CNAC y la Fundación Cinemateca Nacional.

Volver a la obra de Luis Armando Roche siempre será un gusto porque su cine nos reencuentra con nuestra cultura e identidad. Tenemos en él a uno de nuestros cineastas mayores y un enamorado infinito del país.

Vladimir Sosa Sarabia

@sosasarabia

Publicado el viernes 29 de octubre de 2021.
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Caracas - Venezuela

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Ojo que mira: PATRIMONIO Y TIEMPO

Moviola. Foto: Vladimir Sosa Sarabia

Este 27 de octubre celebramos el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual; declarado por la Unesco para sensibilizarnos en relación al carácter patrimonial y memorial del audiovisual.

La conservación del patrimonio es una pelea contra el tiempo y es el tiempo el que afecta los soportes del audiovisual, sean fotoquímicos, magnéticos o digitales.

No importa que tan óptimas sean las condiciones de archivo y almacenado. Este a su paso también afecta los aparatos de reproducción, que se deterioran. Además, los consorcios tecnológicos descontinúan equipos, softwares y hasta repuestos.

Otros enemigos importantes son los factores biológicos: hongos, bacterias, insectos, y, a veces, hasta el hombre. También los factores climatológicos: variaciones de temperatura, exceso de calor y frío, humedad. Estos casos son más fáciles de controlar.

El tiempo también afecta a los técnicos fílmicos. Se retiran, se jubilan y es lo justo. No había en Venezuela donde estudiar conservación y preservación de materiales audiovisuales. La Cinemateca Nacional está avanzando en solucionar esto con el Diplomado de Conservación y Preservación de Material Audiovisual que arrancó con el aval de la Unearte y está la posibilidad de que sea un postgrado.

El patrimonio es responsabilidad de los diferentes sectores del país, el público y privado; colectivos organizados e individualidades.

Es necesario honrar las leyes y normas que rigen la materia. Cumplir con el depósito legal es fundamental. Consignar los materiales a los entes especializados. Garantizar los recursos y su buen manejo para tal tarea, y que la totalidad de la población se constituya en doliente del patrimonio y la memoria.

Los archivos audiovisuales son un tesoro. Incluso en términos mercantiles, sobre todo ahora que los servicios por internet han volteado a ver a los clásicos del cine mundial.

Vladimir Sosa Sarabia

@sosasarabia

Publicado el viernes 22 de octubre de 2021.

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Caracas - Venezuela

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Ojo que mira: LOS AÑOS DE CHALBAUD

Foto: María Isabel Batista.

Román Chalbaud cumplió 90 años. Es nuestro realizador más prolífico, autor de varios clásicos cinematográficos. Una vida entera dedicada al cine, que ha tocado el cielo varias veces.

El Pez que fuma (1977) es catalogada por algunos como la mejor película venezolana de la historia en disputa con Jericó de Luis Alberto Lamata. Yo me quedo con las dos, pero prefiero La Oveja negra (1987) también de Chalbaud. Estos rankings son una suerte de fetiche de la farándula, pero no dejan de ser interesantes.

La Quema de Judas, Sagrado y obsceno y Pandemónium no pueden olvidarse jamás. Román nos ha dibujado, recreado y cuestionado como ciudadanos y como sociedad. Ha hecho el cine que ha querido y nos ha cantado algunas cuantas verdades.

Con 90 años prepara Muñequita linda, actualmente en preproducción. En 2017 estrenó La Planta Insolente. Desde su opera prima Caín Adolescente (1959) no ha dejado de filmar. Exhibió al menos un largo en las últimas siete décadas y serán ocho cuando estrene su obra en este decenio.

Chalbaud podría ser el director de largos de ficción activo más antiguo del mundo. No es el más longevo ni el más antiguo director de cine porque también hay cortometrajistas y activos. ¡Ni les cuento!

Jean-Luc Godard cumplirá pronto 91 años y presentó Le Livre d’image en 2018, pero estrenó su primer largo À bout de soufflé en 1960. Alejandro Jodorowsky tiene 92 pero su opera prima Fando y Lis es de 1968. Clint Eastwood, de 91, comenzó como actor en la década de los 50, pero no fue sino hasta 1969 que debutó como director con Play misty for me.

Habría que certificar la veracidad de este planteamiento. No he dado con otro cuando comencé a investigar a raíz de la partida del portugués Manoel de Oliveira a los 106 años.

Chalbaud tiene una filmografía excepcional y una vitalidad envidiable alimentada por su inmenso amor al cine.

¡Gracias, maestro!

Vladimir Sosa Sarabia

@sosasarabia

Publicado en el viernes 15 de octubre de 2021.
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Ojo que mira: CINE Y ENFOQUE

No recuerdo cual fue la primera película que vi en el cine. Lo que si recuerdo es ir desde la casa, en La Candelaria, por la avenida Urdaneta rumbo a la Cinemateca a ver Robín Hood (1973); aquel dibujo animado dirigido por Wolfgang Reitherman, producido por Disney. Desde ese día, amé el cine.

Fue un domingo en la mañana. La experiencia incluía un recorrido por el Museo de Bellas Artes, donde la Cinemateca Nacional tiene su sala histórica. Debo haber repetido esa experiencia varias miles de veces con disciplina religiosa. Es el cine a única religión que profeso y la Cinemateca el templo más visitado.

En la Cinemateca aprendí a ver cine, y también gracias a ella aprendí a hacerlo. Faltar a clases en la universidad para ir a ver los clásicos fue una constante. Como estudiar dos carreras en simultáneo.

Margot Benacerraf, Román Chalbaud, Clemente de la Cerda, Thaelman Urguelles, Jesús Enrique Guédez, Luis Armando Roche, Jacobo Penzo. A ellos y otros tantos los conocí en esos años a través de sus cintas. También a Kurosawa, Bergman, Fellini, Pasolini, Godard, Truffaut, Vardá, Buñuel, Gavras, Berlanga, Álvarez, Littín, Sanjinés, Birri, Guzmán, Kubrick…

El enamoramiento fue de mucha ilusión. Con los años, ya inmerso en una relación amorosa sólida, formal, respetuosa y con su toque de locura, fui aprendiendo que el cine no se trata solo películas. Que la obra es el producto de un entramado de encuentros y relaciones entre creadores, empresarios, tecnología y mucho dinero. Que hacer una película puede llegar a ser muy fácil comparado con lo que implica el financiamiento, venderla, recuperar la inversión. Que no se trata solo de escribir, filmar o editar. Que se debe ir a ruedas de negocio, festivales, mercados, reuniones con distribuidores, exhibidores, agentes de venta.

Para involucrarnos con todo aquello relacionado con el cine más allá de las películas le invitamos a este Ojo que mira. Porque después de todo, el cine como la vida misma, siempre dependerá del ojo con que se mire.

Vladimir Sosa Sarabia.

@sosasarabia

Publicado el viernes 8 de octubre de 2021.

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